miércoles, 2 de diciembre de 2009
sábado, 7 de noviembre de 2009
Pues... porque sí.
Si toda mi vida he sido de tener amigos hasta en el infierno, poco a poco me he dado cuenta de que no merece la pena conservar aquellos que no llegan a cierto nivel. Todos tenemos a alguien al que vemos detrás de una cortina, sobre la cual se queda todo lo malo y conseguimos ignorarlo sin dificultades.
Los consejos están bien, pero son eso, consejos. Y yo sabré si debo seguirlos o no, aunque sea para hacer lo opuesto de lo que me has dicho. Puede que sepa o no sepa que lo que estoy haciendo está bien (eso es cosa mía y hasta ahí no llegan tus funciones), pero estoy seguro de que voy a actuar como me apetezca actuar en ese momento. Y de eso no tengo duda. Así nunca me arrepentiré, porque siempre he sido yo.
Forzar situaciones no está para nada bien. Del consejo al hecho estoy yo de por medio. Parece mentira.
Los consejos están bien, pero son eso, consejos. Y yo sabré si debo seguirlos o no, aunque sea para hacer lo opuesto de lo que me has dicho. Puede que sepa o no sepa que lo que estoy haciendo está bien (eso es cosa mía y hasta ahí no llegan tus funciones), pero estoy seguro de que voy a actuar como me apetezca actuar en ese momento. Y de eso no tengo duda. Así nunca me arrepentiré, porque siempre he sido yo.
Forzar situaciones no está para nada bien. Del consejo al hecho estoy yo de por medio. Parece mentira.
martes, 9 de junio de 2009
Se busca hielo para un café
Creía que sabía tomar el café sólo. Pero como últimamente hace mucho calor un día de cierta compañía pedí un café sólo con hielo.
Tomé el vaso de café caliente y lo vertí sobre los cubitos. Después abrí el sobre de azúcar y lo vacié en el mismo recipiente. Cuando empecé a remover el café, el líquido de la taza se balanceaba con la cuchara y pegado al cristal, fue derramándose originando molestos posos color café dondequiera que estuviese el vaso.
- Es como si nunca hubieses tomado un café.
- Siempre lo pido sólo. Alguna vez con leche...
- El azúcar hay que echarlo cuando está caliente.
- Con la leche nunca había tenido ese problema.
- También recibes menos café.
Veo fin al café con leche con hielo. Inluso al café con leche...sólo me apetece pedirme otro...y contemplar cómo se desborda sólo mientras el hielo se va derritiendo.
En realidad quiero ser ese cerco de café.
Tomé el vaso de café caliente y lo vertí sobre los cubitos. Después abrí el sobre de azúcar y lo vacié en el mismo recipiente. Cuando empecé a remover el café, el líquido de la taza se balanceaba con la cuchara y pegado al cristal, fue derramándose originando molestos posos color café dondequiera que estuviese el vaso.
- Es como si nunca hubieses tomado un café.
- Siempre lo pido sólo. Alguna vez con leche...
- El azúcar hay que echarlo cuando está caliente.
- Con la leche nunca había tenido ese problema.
- También recibes menos café.
Veo fin al café con leche con hielo. Inluso al café con leche...sólo me apetece pedirme otro...y contemplar cómo se desborda sólo mientras el hielo se va derritiendo.
En realidad quiero ser ese cerco de café.
lunes, 16 de marzo de 2009
Hoy igual que ayer
Hacía mucho tiempo que no volvía aquí.
Y es que no sé si se trata de otra de mis ideas pasajeras, de mis depresiones post-pensar.
Leo y releo cosas anteriores y me doy cuenta de que antes era más feliz que ahora. A pesar de que me sigo identificando con esos textos.
En cuanto cumplí los 20 años lo noté. Sentí una carga enorme de responsabilidad en mi espalda. Me dí la vuelta mirando hacia arriba, comprobando qué era lo que me había golpeado y vi todo lo que había sido hasta ahora, por la manera en que me había comportado.
Vi que cada pequeño acontencimiento de mi vida había vuelto a aparecerse de nuevo infinidad de veces. La reacción que tuve al encontrarme por primera vez con algo sigue en mi mente cuando me encuentro en la misma situación.
También resuena mucho en mi cabeza la frase "con el tiempo la gente cambia". Es que igual soy yo el que ha cambiado. Si me fijo en mí mismo estaría claro, pero no pensaba que se me notaría. En un par de años he visto que todo está condicionado por otra cosa. Por escepticismo he ido dejando que esa selección natural vaya haciendo su trabajo, y he rechazado los resultados del escrutinio, como bien se me había ordenado.
En 2 años han cambiado más cosas que en 18. Si miro atrás quiero volver. A repetir las situaciones que no arreglé como habría correspondido, para cambiar el futuro que he tenido, ya que causaron otra serie de errores de mi vida. Si miro hacia delante lo veo mal, pero aún así no muestro interés por cambiarlo. Me sigo dejando llevar por las circunstancias de cada momento, y no hago planes de mucho futuro. Tengo puro pánico a la responsabilidad, a la idea de que en realidad no está todo decidido, sino que cada uno lo manipula a su antojo. Tengo la esperanza de que si me fuera mal, tendría un accidente o caería gravemente enfermo, para tener la excusa perfecta y no admitir responsabilidades.
Llevo un tiempo queriendo madurar y no puedo. Esto me pasará factura algún día, en el que me lamente por todo lo que no hice. Todo lo que tuve y no supe aprovechar. Y miraré como hoy hacia atrás, y siempre me parecerá mejor lo de ayer que lo de hoy.
Nos seguimos levantando por la mañana porque tenemos la esperanza de que será mejor. Pero no nos damos cuenta de que los "ayer" que llevamos encima también fueron deseos de mejora. Por razonamiento lógico, todo es la misma mierda. Esa es la putada de esta vida, que juega con ventaja, ya que no sabremos lo que nos ocurrirá. Y le da una emoción de lo más macabra.
Y es que no sé si se trata de otra de mis ideas pasajeras, de mis depresiones post-pensar.
Leo y releo cosas anteriores y me doy cuenta de que antes era más feliz que ahora. A pesar de que me sigo identificando con esos textos.
En cuanto cumplí los 20 años lo noté. Sentí una carga enorme de responsabilidad en mi espalda. Me dí la vuelta mirando hacia arriba, comprobando qué era lo que me había golpeado y vi todo lo que había sido hasta ahora, por la manera en que me había comportado.
Vi que cada pequeño acontencimiento de mi vida había vuelto a aparecerse de nuevo infinidad de veces. La reacción que tuve al encontrarme por primera vez con algo sigue en mi mente cuando me encuentro en la misma situación.
También resuena mucho en mi cabeza la frase "con el tiempo la gente cambia". Es que igual soy yo el que ha cambiado. Si me fijo en mí mismo estaría claro, pero no pensaba que se me notaría. En un par de años he visto que todo está condicionado por otra cosa. Por escepticismo he ido dejando que esa selección natural vaya haciendo su trabajo, y he rechazado los resultados del escrutinio, como bien se me había ordenado.
En 2 años han cambiado más cosas que en 18. Si miro atrás quiero volver. A repetir las situaciones que no arreglé como habría correspondido, para cambiar el futuro que he tenido, ya que causaron otra serie de errores de mi vida. Si miro hacia delante lo veo mal, pero aún así no muestro interés por cambiarlo. Me sigo dejando llevar por las circunstancias de cada momento, y no hago planes de mucho futuro. Tengo puro pánico a la responsabilidad, a la idea de que en realidad no está todo decidido, sino que cada uno lo manipula a su antojo. Tengo la esperanza de que si me fuera mal, tendría un accidente o caería gravemente enfermo, para tener la excusa perfecta y no admitir responsabilidades.
Llevo un tiempo queriendo madurar y no puedo. Esto me pasará factura algún día, en el que me lamente por todo lo que no hice. Todo lo que tuve y no supe aprovechar. Y miraré como hoy hacia atrás, y siempre me parecerá mejor lo de ayer que lo de hoy.
Nos seguimos levantando por la mañana porque tenemos la esperanza de que será mejor. Pero no nos damos cuenta de que los "ayer" que llevamos encima también fueron deseos de mejora. Por razonamiento lógico, todo es la misma mierda. Esa es la putada de esta vida, que juega con ventaja, ya que no sabremos lo que nos ocurrirá. Y le da una emoción de lo más macabra.
viernes, 23 de enero de 2009
Lung Ta
Puede que te explote el pecho, o que creas que va a hacerlo.
Que una sensación de ahogo te inunde los pulmones antes justo de aferrarte a cualquier cosa más fuerte que tú mismo en este momento.
Puede incluso que sientas necesitar ciertos vínculos con tu dolor y el de todos para sacar de golpe toda la rabia interpuesta en el camino de tu razonamiento,
para cansarte antes de odiar sin saber a qué exactamente,
para pasar a recordar como es merecido.
El primer recuerdo que te viene a la cabeza es una sonrisa, siempre… siempre una sonrisa,
y unos ojos;
y cuando alguien te sonríe tú devuelves el gesto.
Hazlo, por él.
-Todos llevamos una parte de ti dentro, igual que tú llevas algo de cada uno.
Viaja con el viento que está entre nosotros.
Siempre estarás,
y siempre… siempre una sonrisa.
Dulces sueños.
Nos volveremos a encontrar amigo, compañero, y autor de cuentos inmensos.
Que una sensación de ahogo te inunde los pulmones antes justo de aferrarte a cualquier cosa más fuerte que tú mismo en este momento.
Puede incluso que sientas necesitar ciertos vínculos con tu dolor y el de todos para sacar de golpe toda la rabia interpuesta en el camino de tu razonamiento,
para cansarte antes de odiar sin saber a qué exactamente,
para pasar a recordar como es merecido.
El primer recuerdo que te viene a la cabeza es una sonrisa, siempre… siempre una sonrisa,
y unos ojos;
y cuando alguien te sonríe tú devuelves el gesto.
Hazlo, por él.
-Todos llevamos una parte de ti dentro, igual que tú llevas algo de cada uno.
Viaja con el viento que está entre nosotros.
Siempre estarás,
y siempre… siempre una sonrisa.
Dulces sueños.
Nos volveremos a encontrar amigo, compañero, y autor de cuentos inmensos.
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