domingo, 8 de abril de 2012

Pasitos hacia delante, zancadas hacia atrás.


Reconozco que a veces miro a ver qué tal estás. Después estoy un rato buscando calmantes hasta que dejo de pensar en plaquetas incompetentes.

Cierro por negligencia del sistema inmunológico, nervioso central y la llegada del masoquismo ominoso. Que alguien me dé un golpe de Estado.

El sistema está corrupto y necesita ser derrocado. ¿Dónde está mi bufón? —Que baile. Al alba la guerra continúa. Tan solo os pido, Milord, que resumáis la duración de la guerra para que los ríos no sigan por más tiempo teñidos de sangre.

De ese modo estos pueblos podrán en los años venideros reunirse y beber del mismo agua sin apreciar el sabor a derrota y sufrimiento que acarrean las batallas de una guerra mundial en el seno de un organismo deseoso por vivir... en paz.

Yo voy buscando mi chubasquero antimierda, que parece que ya granizan tordos.