miércoles, 20 de agosto de 2008

Tranciocho y medio.

Móntame.
En tu crucero tráncico.
Muéreme.
En el color de tus labios.

Escríbeme
Como escuchar tus manos.
Sílbame
Sin saber que te hablo.

Tempesta la fiebre
Mírame.
Contesta a una pregunta.
¿Soy yo el que se muere?

Arde.
Sólo por última vez.
Estalla.
Como si fuera ayer.

Mañana.
Fue corresponsal.
Hoy
Será habitual.

Bebida.
Sin fuego.
Hielo,
y sin embargo.

El tranzatlántico.
Vive por segundos.
El tiempo.
Muere de sobredosis.

sábado, 16 de agosto de 2008

Hechos de tí

Te he visto crecer dentro de mí,
ardiente y morena,
fingiendo una infinita falta de interés.
También vi cómo apuntalabas cada muro
que crecía de tus huesos hacia fuera
con un baile
de pequeñas manos sobre ellos.

Te veo y entra en tí
-con tu respiración- un aire
hecho
de millones de calles,
millones de soles.
Millones de esperas.
Un aire
que sale de tí hecho jirones
pedacitos
de todo lo que buscas y aún no has encontrado.

Te estoy viendo ante el espejo
y sé que quieres
cambiar tu cara y tu voz, tu vestuario.

Siempre he estado vigilando. Siempre
como la sombra que se mezcla con las sombras
he atendido todos tus caprichos
sabiendo bien adónde iba a conducirme todo ello.


Como agradecimiento a cuanto he aprendido
del hombre
mirándote
esto es todo lo que puedo devolverte en homenaje:
un cántico de tí
hecho en tu ausencia; vano fantasma

de sombra y luz.

jueves, 14 de agosto de 2008

Los paseos del alma

Con las gafas en la mano dio media vuelta y comenzó a bajar la calle.
Bastaba con encontrar una canción que la dejara escapar,
Poder tocar cualquier objeto sin relacionarlo… sin más.

Con un pañuelo en el cuello continuó andando,
Llevando encima su dolor por miedo a perderlo o abandonarlo
Pero cubriéndolo con su pañuelo por la vergüenza de tenerlo.
Vergüenza… y orgullo
Por mantenerlo
Por conservarlo intacto durante tanto tanto tiempo.

-Seguramente sea verdad que quien algo teme algo debe…
A mí me asusta descubrirte un día
Porque yo no te debo nada
Pero tú a mí al menos tres besos

Intensos. Con cafeína.
Y volveré a la rutina de no poder dormir tranquila
O volveré a encontrarte inquieto y preso entre los pliegues de mis sesos.
Preso… y sin más deuda que tres o cuatro besos.

Y llegó al final de la calle… desde donde salían otras tres.
Y a ver ahora que hay que hacer…

-Voy a quitarme las gafas… a ver si la miopía me salva de ver tu cara en todas partes.

sábado, 9 de agosto de 2008

¿Qué no/s ha pasado?

Se apagaron las luces de mi barrio al paso de tus penas.
Y quise pararlo, evitar la oscuridad que se cernía sobre tu risa burlona,
pero no pude,
no supe encontrar la manera
ni hallar el punto en el tiempo en que tus sueños y mis anhelos se dieran la mano de nuevo.

Se apagó la luz,
pero quedó una última farola alumbrando tu cara,
como siempre...
No te preocupes, veo en la oscuridad.
Te veré.
Siempre.
No te asustes,
yo no te salvaré igual que la otra vez.
Pero te veré.
Todo saldrá bien.