jueves, 8 de mayo de 2008

Un día... mágico

Aprobar el teórico, salir por la noche a celebrarlo, que tu amigo se declare a una amiga y que la respuesta sea negativa.

Vuelta a casa, pero el sentimiento de decepción ahí sigue. Cojo papel, boli y la guitarra acústica. Entonces a las 06:30 de la mañana comienza a dictarme los flashes que tiene ahora mismo en la mente y los voy anotando. Las palabras suenan desgarradas, con tristeza, con...

Con blues.

Tocar blues en la calle con tu amigo de madrugada sintiendolo más que nunca, cantando con las lágrimas en los labios.

Gritar y que te importe lo más mínimo cualquier vecino que pueda despertarse.

Controlar tú tu vida y no dejarte llevar por las circunstancias. Un momento que hubiera pasado a su historia como un día trágico se convirtió en algo memorable.

Y al día siguiente, las penas flotaban en el aire. Y ya no había nada que temer.

1 comentario:

Laura dijo...

Para ser conductor de primera hace falta venirme a buscar
(para llevarme de fiestasssssss)