martes, 29 de abril de 2008

Déjà vu, je vois, j'ai vu

Hasta que no tuve el privilegio
de oírtelo decir a gritos
creía firmemente no saber lo que pasaba,
igual que los clientes de las mesas de al lado,
del fondo
y los de, puede, dos o tres países extranjeros.


Pero una vez pasada la tormenta
tuve la puntiaguda sensación en el estómago
de que ésta escena llevaba meses
repitiéndose sin que yo me diera cuenta,
como no es uno consciente del aire que respira
hasta que alguien llega y se lo cambia.


Qué le voy a hacer,
éstas cosas son así gran parte de las veces.

Me paro a verlo, rebobino,
vuelvo a verlo
y aunque me sepa los diálogos,
me río de los chistes.

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